Un
superhéroe, cualquiera que este sea, se caracteriza por sus poderes
sobrehumanos, dotados de las más extrañas formas: desastres radioactivos,
accidentes en el espacio, picazones de animales alterados genéticamente y las
más inverosímiles causas.
Esta
especie, que nació en 1930 con la industria cómic estadounidense, ha gozado de
múltiples adaptaciones en el cine, la televisión y los videojuegos, incluso la
música.
En
el 2008, el cantante y guitarrista argentino, Gonzalo Aloras, decidió
adaptarlos a la música, juntando a sus tres grandes maestros: Litto Nebbia,
Charly García y Luis Alberto Spinetta, en su segundo trabajo discográfico denominado
“Superhéroes”, que contiene 9 versiones en guitarra acústica y piano de cola de
varios temas de estos autores, y un tema propio titulado “Avísame”, en honor a ellos
mismos.
Los
diez temas del disco de Aloras son:
Superhéroes
(Charly García) Sólo
se trata de vivir (Litto Nebbia) Quedándote
o yéndote (Luis Alberto Spínetta) Quien
quiera oír, que oiga (Litto Nebbia) Llorando
en el espejo (Serú Girán) Todas
las hojas son del viento (Pescado Rabioso) La
balsa (Litto Nebbia) Hablando
a tu corazón (Charly García) Camafeo
(Luis Alberto Spinetta) Avísame
(Gonzalo Aloras)
Bien
dicen que la interpretación de Aloras
exuda una admirable vitalidad y el disco puede oírse repetidas veces sin acusar
recibo de monotonía alguna. A pesar que estos temas son los más conocidos y
recurrentes del rock argentino, Aloras ha logrado conseguir un sonido tan
cálido para que nadie se aburra al escuchar los temas de siempre, que
transformaron a una generación y como él dice en la única canción de su autoría
en el disco: “Avísame, cuando estés muy
mal, voy a cantarte las canciones que cambiaron nuestra era”.
Gonzalo
Aloras se pone la indumentaria de estos tres superhéroes del rock argentino:
los lentes de García, el bigote de Nebbia y la cabellera de Spinetta, para
ejecutar como propios estos temas, de quienes, paradójicamente, jamás
compartieron escenario o estudio de grabación.
Por: Ricardo Almeida V. (Fotografía) Ana Isabel Díaz P.
Una marcha para salvar la candidatura...
Los estudiantes avanzan hacia las instalaciones del Ceaaces
Estudiantes en la av. Eloy Alfaro
La Policía acompañó en todo momento a la marcha
Autoridades del Ceaaces recibieron a Édgar Samaniego (izquierda)
Édgar Samaniego expone su punto de vista sobre la recategorización
Édgar Samaniego presenta su informe de impugnación
Reunión de autoridades de la UCE y del Ceaaces
Édgar Samaniego aplaude la marcha de los estudiantes de la UCE
Carteles que arrojaron al piso los manifestantes
Cartel de uno de los estudiantes universitarios
La Policía resguardando las instalaciones del Ceaaces
A menos de una semana de que se elija nuevo rector y dos vicerrectores en la Universidad Central del
Ecuador, Édgar Samaniego, actual rector, encabezó una marcha para impugnar el informe del
Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la
Educación Superior (Ceaaces), que el pasado 27 de noviembre colocó a esta institución
en Categoría B.
Unos
1 500 ‘centralinos’, entre autoridades, docentes y estudiantes, recorrieron las
principales avenidas quiteñas coreando "Todos
estamos con la Central", "Por la Central hasta la vida",
"Todos somos la acreditación docentes, estudiantes, trabajadores y
empleados" como gritos de guerra…
Pero el cuestionamiento que habría que plantearse es si la movilización tiene
el fin de defender la calidad de la educación (con todos los criterios que esto
implica) del alma mater, que es el
centro universitario más antiguo del país o la candidatura del Dr. Samaniego. Pese a que, en primera instancia, el ascenso de Samaniego representó la ruptura del poder de los ´chinos´ (aliados del FRIU-MPD, que manejaron la Universidad Central durante 21 años y la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) por 35 años). Ahora, su movimiento, Nueva Universidad, tampoco acepta que el Alma mater requiere cambios y mejoras, no solo de infraestructura -que son las más evidentes- sino en el compromiso de docentes y estudiantes. Como dijo alguien sensato, de quien no recuerdo su nombre, no permitamos que los que antes encendían la llama revolucionaria de cambio y transformación se conviertan en los bomberos de ahora por una pequeña porción de poder.
Sin duda, las Islas Galápagos son el nuevo mundo por
descubrir, paradógicamente, este mundo nuevo nos traslada al pasado, ubicado “a
una hora del continente”, como dicen los residentes.
Nos adentramos 20 minutos a pie para conocer una de
las maravillas de las islas; Las Grietas. Se trata de un paisaje lunar; un
camino lleno de piedra y piscinas de sal. Las ganas de conocer lo que existe
dentro de la Pachamama es lo que nos permite continuar con el tortuoso sendero.
Al final hay una escalera, que una vez transgredida, abre paso a un paraíso
azul cristalino y un gran cañón formado por rocas volcánicas de color rojo. Así
es el paisaje de las Grietas.
La belleza enclaustrada en las piedras prehistóricas
de Las Grietas muestra que tenemos la mejor diversidad del mundo. Interiorizo
la Pachamama, medito y siento cómo me invita a ser parte de ella, cuando estoy
frente a la manga que trae el mar.
Atrévete a sentir la energía que nos regala las Islas
Galápagos y son parte de nosotros los ecuatorianos.
Más que una marca
en la pared podría leerse como un desafío del poder desde el terreno del
antipoder.
El pasado 31 de
octubre, Justin Bieber inició su gira por Suramérica en Colombia. Luego de
llevar hasta el delirio a sus bileabers en el concierto ofrecido en Bogotá, el
joven canadiense fue hasta el túnel de la calle 26 de la capital colombiana y
pintó un grafiti en una pared de casi 40 metros.
En el imaginario social,
juventud y grafiti, unidos, no pueden leerse al margen de la idea de rebeldía e
inconformidad con el sistema. Sin embargo, lo curioso en el caso del grafiti
hecho por Bieber es que el acto fue escoltado por sus guardaespaldas, medios de
comunicación y… paradójicamente, patrullas y policías, según reportaron medios locales.
Sin pretensiones de
pasarme de pseudointelectual y con su permiso (otorgado al momento de seguir
con la lectura de este texto) pongo a su consideración algunas cosas que, tras
la entretenida conversación con un buen amigo, han estado dando vueltas en mi
cabeza.
El grafiti, expresión
cultural asociada a la juventud, cuya visibilidad global llegó con el mayo
francés está asociado a causas rebeldes, críticas y visiones contestatarias al
sistema. Si bien en inicio los grafitis fueron frases desafiantes en la pared,
con el tiempo esta expresión adoptó formas, colores y otros elementos con los
que pasó a considerarse una expresión de arte urbano.
Volviendo al
génesis. Por su naturaleza transgresora el grafiti se desarrolla en la
clandestinidad. Se supone al margen de la ley por desafiar al poder instituido
y apropiarse de espacios públicos. Los grafiteros son perseguidos por la
policía, no escoltados por ella (!).
Sorprende el que la
policía colombiana haya apoyado esta travesura de Bieber y sus amigos en una
ciudad donde esta actividad es amonestada e incluso registra un caso polémico en
los tribunales por la muerte de un joven grafitero a manos de policías.
El acto
protagonizado por Bieber ¿puede llamarse grafitear? A mi modo de ver, la
mediatización del hecho, el permiso que supuestamente habría otorgado el
municipio de Bogotá y la compañía de agentes de seguridad, vacía de sentido al
concepto de gafiti en lo hecho por el joven canadiense.
Tomando en cuenta ese
contexto, el acto más bien podría leerse como un desafío explícito que el poder
instituido hace al antipoder callejero en su territorio, en su campo de acción
y con sus herramientas. El poder oficial, representado en los agentes del orden,
avala el acto desafiante usando como instrumento el poder mediático, industrial
y económico representando en el artista pop del momento.
Bieber juega al
equilibrista. Pretende caminar y moverse en una cuerda delgada que divide, por
un lado, al poder económico vinculado al estatus quo evidenciado en las
millonarias ganancias que dejará su gira; y por el otro, a la juventud caracterizada
por la rebeldía, la irreverencia y su crítica al sistema. Él coquetea con
ambos, pero evidentemente está entregado al primero y quiere llamar la atención
con actitudes prestadas del segundo.
Después del grafiti
En la pared. Una rana ostenta un brazalete dorado y hace una señal fálica con su mano izquierda,
mientras con el índice derecho señala una cruz cristiana que cuelga de su
cuello: contradicción evidente entre la irreverencia y un símbolo de obediencia.
Las bilibers
colombianas deliraron con el concierto y tras conocer sobre el grafiti hecho en
el túnel y de la intensión de grafiteros de borrar la marca de Bieber con otro
grafiti, las reacciones en las redes no tardaron.
Las seguidoras del
canadiense decían estar dispuestas a “defender el arte” marcado por su ídolo.
Al parecer la chicas tienen sentido de pertenencia con todo aquello que
provenga de Bieber porque nadie defiende algo que no siente suyo o en lo que no
cree (apreciación muy personal).
El chico que es
capaz de desbordar emociones en sus seguidores ¿tendría una idea de las tensiones
que pueden generar los desacuerdos entre sus seguidores y detractores? Quién
sabe… Lo que sí se ha conocido es que su travesura se repitió en Brasil.
Todos, en algún momento, hemos tenido la
oportunidad de ver en vivo a una de nuestras bandas de rock favoritas; es una
ley de todo rockero que se respeta: asistir, al menos, a un concierto, sea
donde sea.
Este encuentro, para un amante de la música,
representa una de las mejores experiencias de la vida y está lleno de
anécdotas, cervezas, humo de cigarrillo, peripecias, largas filas, pogos,
resacas, etc.
En Ecuador nos queda aún ese amargo sabor en la
boca de no ver en vivo a Metallica, pero la magia del cine 3D nos da una dulce
probadita del espectacular sonido, virtuosismo y show que brinda esta banda
originaria de Los Ángeles; algo muy cercano a ver en vivo y “cerca” a estos músicos gigantes del rock.
Metallica, Through The Never es la aventura
cinematográfica –y bien acertada obra del séptimo arte- que emprendieron James
Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Robert Trujillo, bajo la dirección de
Nimród Antal, que en esta ocasión presenta su quinto film, tras Kontroll
(2003), Vacancy (2007), Armored (2009) y Predators (2010).
Este film “tres dé” presenta a Trip, un roadie de
Metallica, que es encargado de realizar una operación urgente mientras la banda
da uno de los mejores shows que el mundo del rock puede haber visto, me refiero
a cruces blancas saliendo del piso, tiroteos en medios del escenario, la dama
de la justicia siendo destruida por las notas estridentes de Hammett o el bajo
de cinco cuerdas de Trujillo y la destrucción del escenario por la fuerza de un
martillo, que en esta caso no es Thor, sino el espíritu de un joven que se
enfrenta a una de las calamidades más extrañas de la vida. Sí, al estilo de
Metallica.
Trip se sumerge en una aventura surrealista para
conseguir una bolsa –con un contenido desconocido- que requiere la banda de
Hetfield. Si bien es cierto una pequeña historia dentro de los 16 temas que
ejecuta la banda traza el hilo conductor del concierto. Esta historia ofrece
diferentes lecturas. Lo que es irreductible son los potentes temas a los que ya
nos tenía bien acostumbrados Metallica.
El final es bastante interesante –más no lo
revelaré-, donde la muerte, tema universal literario y cinematográfico, adquiere
un gran significado en el film y una dimensión emotiva para el universo de Metallica,
cuando la banda, en un encuentro privado, sin público, únicamente con Trip como
audiencia, interpreta Orion.
Un concierto único como este en 3D es brutal.
Fantástico. Nunca se les tendrá a los Metallica tan cerca –y a la vez tan
lejos, obvio-. Este formato del cine permite ver las arrugas de Ulrich, el
tatuaje de un cráneo con alas en el cuello de Hetfield, el
cabello mojado de Trujillo agitándose en cada riff y los detalles de la
guitarra de Hammett. Incluso podrás sentir los imponentes 1.85 de estatura del
vocalista de la banda. Impresionante.
Los temas que ejecuta la banda son a los que, de
alguna manera, ya nos tenía acostumbrados, lo que no es tan malo, pues
Metallica siempre nos ha tenido preparados para un viaje musical por sus
distintas épocas y con pocas sorpresas. Y sí, nos ha gustado.
Los temas que toca la banda en Metallica, Through
the never son:
The
Ecstasy of Gold Creeping
Death For
Whom The Bell Tolls Fuel Ride
The Lightning One The
Memory Remains Wherever
I May Roam Cyanide ...And
Justice For All Master
of Puppets Battery Nothing Else Matters Enter
Sandman Hit
The Lights Orion
Después de una experiencia de este tipo, tan
cercana y lejana a la vez, claro, por el cine 3D, a uno no le queda más que
desempolvar los discos de Metallica, alzar el volumen al máximo, cerrar los
ojos y volver a ver a los cuatro “metallicos” nuevamente a pocos metros de
nuestras sillas.
“Si vamos abordar el porvenir hemos de hacerlo con firmeza”
Esta
es la canción de Quilapayún que en el último mes se tornó tan polémica en el
Ecuador.
La pelotera surgió cuando Gabriela Rivadeneira, mujer
ecuatoriana y Presidenta de la Asamblea Nacional, cerró un discurso en contra
de las multinacionales que explotaron petróleo en el Ecuador desde 1972
diciendo “Ya es hora de que los pobres coman pan y los ricos mierda mierda”.
Aquí
el discurso completo:
De inmediato, cual efecto pólvora, la noticia explotó en las
redes sociales y en la mayoría de medios nacionales e incluso internacionales.
“Sorpresa y rechazó provocó en la Asamblea Nacional y en la
red social Twitter parte del discurso de la presidenta del legislativo”,
aseguró Alfredo Cárdenas, editorialista de El Universo.
Martín Pallares de El Comercio calificó de “chiquillada de
muy mal gusto”, a la frase de Gabriela.
Lourdes Tibán, de Pachakutik, y Mae Montaño, de Creo,
calificaron de grosera esa referencia y aseguraron que lo único que busca es
generar odio entre los ecuatorianos.
Como estas asambleístas, decenas de tuiteros reaccionaron
criticando a la presidenta de la Legislatura.
Mientras que Rivadeneira también usó su cuenta de Twitter
@gabrielaespais para "compartir reflexiones", que sustentaron su
intervención en el pleno, con frases textuales de su discurso.
"Fue en el contexto de las transnacionales y su saqueo
histórico en nuestros países", escribió, pues mencionó la frase en la
Sesión 256 del Pleno de la Asamblea Nacional, donde se aprobó la solicitud del
Ejecutivo de emitir como Declaratoria de Interés Nacional la Explotación
Petrolera de los Bloques 31 y 43 del Parque Nacional Yasuní.
Con la frase “…hay
que virar la tortilla, que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda”
Gabriela dijo: “No más al saqueo y al
uso desmedido de nuestros recursos naturales”.
“No más al mundo capitalista que sigue en crisis y donde la
brecha entre ricos y pobres se sigue acentuando”, precisó.
Además, arengó a revertir la herencia caótica producto de la
negligencia de gobiernos anteriores que dejaron no solo contaminación, sino
desesperanza y pobreza en la Amazonía.
“…el antagonismo no está en el aprovechamiento de los
recursos y la revolución, sino entre un proyecto que garantiza la reproducción
del capital en manos de unos pocos mediante la devastación de la vida del
planeta y un proyecto histórico
revolucionario socialista que a través de las relaciones de transformación
mutua del hombre con la naturaleza garantiza la redistribución de la ganancia
para la mayoría de la sociedad esa es la verdadera batalla, el verdadero
antagonismo que aquellos sectores oligárquicos quieren pasar por alto.
Compañeros en nuestra historias pocos han tenido mucho y somos muchos los que
no hemos tenido nada hay que virar la tortilla, que los pobres coman pan y los
ricos mierda mierda…”
Los grupos curuchupas y conservadores de siempre, precisamente
los que trabajan día a día para que la tortilla no se vuelva, saltaron de los
palcos en los que permanecen y condenaron la forma inadecuada en la que se
expresó la legisladora.
La frase hay que oírla y reflexionarla en todo la
configuración histórica del Ecuador, un país saqueado desde los 70 por las
multinacionales petroleras.
Pero de dónde parte
la frase, bueno todos los entendidos y los que no, sabrán que proviene de una
de las consignas cantadas en la Guerra Civil Española, por el Bando Republicano
que defendía al proletariado.
Esta frase fue posteriormente adaptada por las plumas
insurgentes de los representantes de la
Nueva Canción Chilena, Quilapayún, que entre sus ponchos negros y sus 40 años
de historia musical jugaron un papel decisivo en el gobierno del luchador
social, preocupado por las condiciones de vida de su pueblo, por la cultura y
la educación, por la felicidad de los niños, Allende, Presidente consecuente
con su pueblo que aquel doloroso 11 de septiembre de 1973 fue asesinado en La Moneda.
Lejos de provocar revanchismo social, el extracto de la
canción de Quilapayún, que mencionó Gabriela, da cuenta de la historia de
nuestros países latinoamericanos cuya constante histórica ha sido la desigualdad social. ¡No es odio, es reivindicación!
Y no es malo para los niños, oír estas frases como aseguraba
una compañera periodista, no. Es bueno para un niño crecer sabiendo que hay
que combatir la desigualdad, y que hay
más porque luchar que ser rico, “exitoso” y feliz consumidor.
¡Como mujer, joven y ecuatoriana me siento orgullosa de las
palabras de la compañera!
¡Así se habla, de frente, fuerte y claro!
¡Con pasión
por la patria!
¿Qué culpa tiene el tomate?...
Debemos agradecer a Gabriela Rivadeneira por
recordarnos que en este cambio de época, con firmeza seguiremos apostando a ¡QUE
LA TORTILLA SE VUELVA!
“Cuando quiera el Dios del cielo que la tortilla se vuelva
que la tortilla se vuelva que los pobres coman pan y los
ricos mierda mierda".
Así son los grupos de poder de este país, que se
escandalizan porque uno dice que los ricos coman mierda en televisión, pero no
se escandaliza cuando hay niños limpiando vidrios y pidiendo limosna en las
calles, eso si no… eso es folklore.
"Transformar la universidad para transformar
la sociedad"
Por: José Luis Fiallos
B.
Ana
Isabel Díaz P.
Ramiro Morejón V.
En el contexto de ascensión de la aristocracia
guayaquileña y el auge del poder agroexportador se crea la Universidad de Guayaquil
en 1867. Pensada para que las élites -del que ya era el principal puerto del
Pacífico y el mayor astillero exportador de maderas y cacao- se eduquen como
médicos o abogados.
La política colonial del imperio español y el
centralismo de la época habían impedido que Guayaquil, durante la colonia y los
primeros decenios de la independencia, contara con una Universidad.
Hoy, 145 años después, las cosas no han cambiado
mucho. Esta universidad se quedó varada en el eslabón mercantilista que atrapó
a la educación superior mundial.
Corrupción, malversación de fondos, irregularidades
académicas, precarización laboral es lo que caracteriza a la Universidad de
Guayaquil. De los 3.501 profesores, 63% poseen título de tercer nivel, 37%
nivel de maestrías y menos del 1% tiene formación de Ph.D. Solo el 2% de los
docentes se dedicaba a tiempo completo. Asimismo, esta Universidad violó el derecho de acceso gratuito a la educación superior pública -contemplado en la Ley Orgánica de Educación Superior- al cobrar a sus estudiantes valores relacionados con cursos y otros rubros que eran depositados en cuentas ajenas a la institución.
Estos hechos, en apariencia inconexos, dan cuenta
de una realidad. A nivel de la Universidad de Guayaquil, las denuncias
universitarias, si bien tenían como eje fundamental una crítica radical a
la propia universidad, a la vez estaban cuestionando la economía y la sociedad
guayaquileña en su conjunto, pues la praxis universitaria es el espejo de la
praxis socioeconómica de un territorio, según René Ramírez, Presidente del
Consejo de Educación Superior.
La Universidad de Guayaquil registró un exceso en
gastos administrativos que asciende al 70% del total de sus recursos. Esto
frente a “una casi nula inversión en investigación científica”, según el CES.
Estas irregularidades motivaron a la intervención,
que no implica el cierre de la Universidad, ni el cese de sus labores. A continuación una crónica fotográfica trabajada por José Fiallos, narración que da cuenta de las expresiones de compromiso, angustia, satisfacción del deber cumplido, caos y vuelta a la calma en la Institución porteña. ¡Así la Universidad ecuatoriana se redefine como un bien público y social!
Reunión del Pleno del CES donde se decidió la intervención de la U.
René Ramírez, Presidente del CES (centro); Francisco Cadena, Presidente del CEAACES (derecha); y, Marcelo Calderón, Secretario General del CES
Interventores de la Universidad de Guayaquil
Autoridades imprimiendo el decreto de la intervención
Marcelo Calderón imprimiendo el decreto
Marcelo Calderón termina de imprimir el decreto
René Ramírez ingresando a la Universidad de Guayaquil
René Ramírez entra a la U. de Guayaquil
René Ramírez es entrevistado por los canales de televisión
René Ramírez dando declaraciones para los medios de comunicación
Estudiantes de la U. de Guayaquil esperan afuera de su institución
René Ramírez junto a Carlos Cedeño, rector de la U. de Guayaquil
Reunión de autoridades de la U. de Guayaquil y del CES
René Ramírez saliendo de la U. de Guayaquil
René Ramírez saliendo de la U. de Guayaquil
René Ramírez conversando con los estudiantes de la U. de Guayaquil
Eric Clapton puede sonar familiar para muchos. Este hábil
guitarrista, amante de la Stratocaster, en su disco Sessions for Robert J
recoge 16 temas del legendario bluesero Robert Johnson.
El video tributo consta de cuatro sesiones distintas en las
que participan varios músicos. En los intermedios, Clapton habla sobre la
profunda influencia que Johnson tuvo en él. En uno de los segmentos se ve a
“Mano lenta” tocando en el edificio 508 Park Avenue en Dallas, Texas, el mismo
lugar que, en 1937, Johnson usó como estudio para dejar grabado su legado.
Pero, ¿Quién es Johnson? Esta es otra historia…
Robert Johnson, conocido por muchos como el Rey del Delta
blues, fue un músico, compositor y cantante estadounidense, quien solo registró
durante toda su vida 29 canciones, demostrando una notable combinación de estos
tres elementos que lo convirtieron en el mejor poeta del blues.
Su forma peculiar de tocar la guitarra ha influenciado a
varios músicos como: John Fogerty, Bob Dylan, Johnny Winter, Jimi Hendrix, The
Yardbirds, Led Zeppelin, The Allman Brothers Band, The Rolling Stones, Paul
Butterfield, Queen, The White Stripes, The Black Keys, The Band, Neil Young,
Warren Zevon, Jeff Beck y, obviamente, Eric Clapton, quien ve en Johnson al más
importante músico de Blues que haya vivido.
Su técnica para tocar la guitarra consiste en deslizar sobre
las cuerdas un tubo metálico, obteniendo un sonido punzante y sinuoso típico de
la música afroamericana primitiva.
Johnny Shines, bluesero y amigo de Johnson, contaba que
podía tener una conversación con él mientras escuchaba una canción en la radio
y luego tocarla nota por nota. Shines asegura que Robert Johnson cuando tocaba
por dinero en las esquinas, frecuentaba tres temas: una canción de Bing Crosby
o una melodía de Jazz de moda o una canción propia.
Ninguna de las personas que lo conocieron recuerda haberlo
visto practicando o trabajando en nuevas composiciones. Shines lo resumía
diciendo: "Nadie le enseña a los patos a nadar, ¿no?" Así era para
Robert Johnson.
Nacido en 1911, falleció a la temprana edad de 27 años, como
solo los grandes saben hacerlo. Su vida, pobremente documentada y enigmática –a
tal punto que se conoce que Robert Johnson se hizo llamar Dodds, Moore, James,
Barstow y Spencer en distintas etapas de su vida- motivó a la creación de
varias leyendas, una de ella sobre su muerte.
Se dice que fue envenenado con whisky por un marido celoso,
dueño de un bar en el que Johnson actuaba. Algunos dicen que murió de Neumonía,
otros que de Sífilis. Lo único certero es que su certificado de defunción
apunta que falleció el 16 de agosto de 1938, en Greenwood, estado de Misisipi y
que no hubo autopsia.
Otra leyenda sobre Robert Johnson menciona que vendió su
alma al diablo en el cruce de la autopista 61 con la 49 en Clarksdale
(Mississippi), a cambio de ser el mejor intérprete de blues del mundo.
Sea cierto o no, Johnson, para muchos críticos, es el mejor
del mundo, escuchar sus temas en la “mano lenta” de Clapton le permite a uno
comprender el verdadero sentido del blues: Mala vida, amores rotos,
desesperación y alcohol. A continuación, uno de los temas de la sesión de Clapton.
“La Clásica de Cantuña”, el downhill urbano más importante de Quito, que inicia en la Virgen del Panecillo y culmina en la Plaza Eugenio Espejo, ubicada en la avenida 24 de Mayo, en el Centro Histórico, cumplió once años el pasado domingo 13 de octubre de 2013.
En esta competencia, que se desarrolla en una "montaña de cemento", participaron alrededor de 200 ciclistas.
A continuación un video y fotografías del recorrido
Quizás este titular traiga a su
memoria el discurso ecologista actual, legítimo en las bocas de algunos jóvenes
que actúan según sus convicciones pero detestable en las de los oligarcas de
siempre. Hijos de la Derecha que -con banderas flameantes- en el 72 dieron la
bienvenida al entonces Texaco Gulf.
Bah…pues deje a un lado la disyuntiva.
Este artículo no tiene que ver con el cuestionamiento ético, ecológico,
económico y político en torno al Yasuní… sino con el proverbio popular cubano
VERDE VERDE MADURO. Idea con la que el realizador isleño Enrique Pineda Barnet recrea
uno de sus filmes proyectado el pasado miércoles en la sala de cine de la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Un filme que al estilo de Quentin Tarantino
-en Kill Bill- combina las níveas escenas de un bar de tendencia con las caricaturas
realizadas por una pintora sentada en una de las mesas del bar.
Dichas ilustraciones grafican a
profundidad la caracterización de cada uno de los personajes del bar gay y
eufimizan algunas acciones pero no las censuran.
La
estética de lo grotesco reina en cada toma…
Un filme, que a mi parecer, todos los que
dicen ser hombres, machos y bien varones… deberían ver. Un breve pero intenso
coqueteo con la muerte de los prejuicios de los men´s y también de las warmis.
Porque mientras un hombre insiste más
en que es bien varón, expresa a
gritos -paradójicamente silenciosos- su gusto por otro cuerpo masculino.
Es por esto que dicha película merecía
una breve nota. Y es que aún no concibo que juzguemos a un ser humano
basándonos únicamente en su condición sexual. Es decir usted no anda por ahí
con un letrero que diga HETEROSEXUAL
pegado en la frente, nadie le grita heterosexual en la calle o le ve mal por
serlo. Estos seres humanos además de tener un gusto diferente -como que a usted
le guste o no comer ostiones- son hijos, hermanos, estudiantes, doctores,
buenos o malos panas, como todo transeúnte de esta desconfigurada ciudad.
Este alegato contra la homofobia narra
cómo en un bar del puerto, Alfredo -enfermero de navegación mercante- conoce a
Carlos -informático que sueña ser aviador-; con el pretexto de mostrarle algo
muy especial, el navegante invita a Carlos a su apartamento. Comienza entonces
un juego de seducción en una tensa lucha contra los prejuicios y convenciones sociales[1].
-“Los maricas son una lacra social”,
dice Carlos mientras toca ligeramente sus genitales. ¿Esta muletilla le parece
conocida? Pues sí, la frase lacra social
se usa, para denominar a todos ellos que no son piel de nuestra “civilizada”
urbe y evidencia la enfermedad de odio que germina en cada una de las
instancias de la superestructura.
Otro espectador de la película me
comentaba que, en el sector de la Y, hay gays en las noches y -según la prensa- han llevado la delincuencia a ese sector. Frente a esto y
haciendo una pausa me preguntó. ¡Es qué la sociedad aún no entiende! Es decir,
cuándo a un hombre, a un ser humano -con variadas formas de pensar, sentir y actuar- su comunidad le señala
diciéndole eres malo por tu gusto sexual, eres anormal, causa exclusión y –directamente-
mayores índices de violencia.
Mientras mayor integración de las
minorías logre una sociedad, menores serán los índices de violencia que registrará.
Y esta realidad es paralela.
Bien regresemos al film. Cada vez que
Carlos sucumbe brevemente en las artes amatorias para las que Alfredo es un Michelangelo Buonarrotien potencia, inmediatamente la imagen
de la dama seductora le persigue en el
laberinto de su memoria, y es que ahí las figuras de un barman armado,
un stripper, una anciana turista, un estibador acechante, los
amigos del bar -en plano contrapicado- personifican los miedos sociales
enraizados en la mente de Carlos. El protagonista siente un miedo intenso y
desproporcionado, combinado con un odio o rechazo hacia su ser generándole conflictos
emocionales, sociales y políticos.
Pese a ello Carlos disfruta,
sobremanera, de los acercamientos del marinero, que a diferencia de él es un
ser sano que se acepta y se confiesa bisexual. En su camarote atendía tanto a
hombres como mujeres, le declara.
Carlos no puede perdonarse que el
cuerpo del marinero le cautive, que su experiencia desborde sus deseos que crecen
con cada copa de licor.
Finalmente sucede, el acto de la
penetración, eufimizada con una caricatura, es disfrutada plenamente, son dos
seres humanos amándose, alcanzado el climax, fuerte intenso, tal cual es el
amor. De repente, Carlos golpea al hombre que pudo amar y le propina una y otra
y otra puñalada.
“Yo no soy marica, no lo soy” dice.
Algo así como que usted luego de disfrutar de un estremecedor orgasmo ataque a
su pareja diciendo no soy heterosexual… (pero no digamos nunca porque puede
pasar).
VERDE VERDE, una película con
contenido que compromete nuestro pensar, tal como nos gusta, fue realizada con
bajo presupuesto, evidencia un crimen contra el amor, debido a la personificación
de las fobias en la mente humana -explica Pineda Barnet- en su blog.
Una enfermedad social. El tema de VERDE
VERDE es la homofobia, el crimen de la homofobia contra el amor. Es el no
respeto al derecho de la diversidad.
Así es este film, que subleva los
sentidos. Doloroso que un ser humano que gusta de otro no pueda amarlo,
acariciarlo y hacerle el amor libremente por que los fantasmas sociales que
lleva en la cabeza se lo impiden. Y aún más doloroso que no pueda amarse a sí
mismo o al menos aceptarse.
Hileras de sangre cubren el cuerpo
inerte del marinero, sus brazos extendidos y su rostro levemente doblado hacia
la izquierda hacen oda al Surrealismo al estilo de Buñuel. Luego de las
puñaladas el marica es un Jesucristo
sacrificado, incluso una corona de espinos parece situarse en su cabeza. Es lo
que logramos tú, yo, nosotros, ellos, cuando reproducimos un prejuicio, sin
racionalizarlo, y juzgamos a hombres valiosos únicamente por su gusto sexual.
El mundo entero sacrifica a Alfredo en VERDE VERDE como lo hizo con Jesucristo
. Carlos, su asesino, no es más que un producto social, una figura de arcilla
modelada por la sociedad que llora sobre el cadáver de un hombre que amo y
asesinó.
Él besa al ser amado, rogándole que se
despierte y luego le corta la lengua. Después de la penetración, cuando yace
muerto en el suelo hurga en su pantalón, corta el miembro que le hizo sentir
profundo placer.
Así es, lo
que es muy verde muy verde, al final, siempre madura. Da lo mismo en la
política que en el sexo, los extremos se tocan.
Sobre el elenco, el considerado decano
de los cineastas cubanos, explica: “Aquí repito con el actor Héctor Noas, el
otro protagónico lo hace Carlos Miguel Caballero, a quien me costó mucho
trabajo encontrar cuando buscaba el personaje. Luego necesitaba una dama seductora,
pensé en Sofía Loren, pero finalmente me decidí por una cubana: Farah María.
¡Quién se lo iba a imaginar! Yo no la conocía personalmente. Será una sorpresa
para el público”.
Se filmó en Cuba, pero se exhibió
brevemente en otros países debido a un elemento hándicap que tenía, un desnudo
frontal masculino…
y
bueno continúe actuando según sus prejuicios querido lector heterosexual!