jueves, 5 de diciembre de 2013

La UCE presentó impugnación al CEAACES

Por: Ricardo Almeida V. (Fotografía)
Ana Isabel Díaz P.

Una marcha para salvar la candidatura...

Los estudiantes avanzan hacia las instalaciones del Ceaaces

Estudiantes en la av. Eloy Alfaro

La Policía acompañó en todo momento a la marcha

Autoridades del Ceaaces recibieron a Édgar Samaniego (izquierda)

Édgar Samaniego expone su punto de vista sobre la recategorización

Édgar Samaniego presenta su informe de impugnación

Reunión de autoridades de la UCE y del Ceaaces

Édgar Samaniego aplaude la marcha de los estudiantes de la UCE

Carteles que arrojaron al piso los manifestantes

Cartel de uno de los estudiantes universitarios

La Policía resguardando las instalaciones del Ceaaces

A menos de una semana de que se elija nuevo rector y dos vicerrectores en la Universidad Central del Ecuador, Édgar Samaniego, actual rector, encabezó una marcha para impugnar el informe del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces), que el pasado 27 de noviembre colocó a esta institución en Categoría B.

Unos 1 500 ‘centralinos’, entre autoridades, docentes y estudiantes, recorrieron las principales avenidas quiteñas coreando  "Todos estamos con la Central", "Por la Central hasta la vida", "Todos somos la acreditación docentes, estudiantes, trabajadores y empleados" como gritos de guerra… Pero el cuestionamiento que habría que plantearse es si la movilización tiene el fin de defender la calidad de la educación (con todos los criterios que esto implica) del alma mater, que es el centro universitario más antiguo del país o la candidatura del Dr. Samaniego.

Pese a que, en primera instancia, el ascenso de Samaniego representó la ruptura del poder de los ´chinos´ (aliados del FRIU-MPD, que manejaron la Universidad Central durante 21 años y la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) por 35 años). Ahora, su movimiento, Nueva Universidad, tampoco acepta que el Alma mater requiere cambios y mejoras, no solo de infraestructura -que son las más evidentes- sino en el compromiso de docentes y estudiantes. 

Como dijo alguien sensato, de quien no recuerdo su nombre, no permitamos que los que antes encendían la llama revolucionaria de cambio y transformación se conviertan en los bomberos de ahora por una pequeña porción de poder. 

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