Por: Ramiro Morejón V.
Todos, en algún momento, hemos tenido la
oportunidad de ver en vivo a una de nuestras bandas de rock favoritas; es una
ley de todo rockero que se respeta: asistir, al menos, a un concierto, sea
donde sea.
Este encuentro, para un amante de la música,
representa una de las mejores experiencias de la vida y está lleno de
anécdotas, cervezas, humo de cigarrillo, peripecias, largas filas, pogos,
resacas, etc.
En Ecuador nos queda aún ese amargo sabor en la
boca de no ver en vivo a Metallica, pero la magia del cine 3D nos da una dulce
probadita del espectacular sonido, virtuosismo y show que brinda esta banda
originaria de Los Ángeles; algo muy cercano a ver en vivo y “cerca” a estos músicos gigantes del rock.
Metallica, Through The Never es la aventura
cinematográfica –y bien acertada obra del séptimo arte- que emprendieron James
Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y Robert Trujillo, bajo la dirección de
Nimród Antal, que en esta ocasión presenta su quinto film, tras Kontroll
(2003), Vacancy (2007), Armored (2009) y Predators (2010).
Este film “tres dé” presenta a Trip, un roadie de
Metallica, que es encargado de realizar una operación urgente mientras la banda
da uno de los mejores shows que el mundo del rock puede haber visto, me refiero
a cruces blancas saliendo del piso, tiroteos en medios del escenario, la dama
de la justicia siendo destruida por las notas estridentes de Hammett o el bajo
de cinco cuerdas de Trujillo y la destrucción del escenario por la fuerza de un
martillo, que en esta caso no es Thor, sino el espíritu de un joven que se
enfrenta a una de las calamidades más extrañas de la vida. Sí, al estilo de
Metallica.
Trip se sumerge en una aventura surrealista para
conseguir una bolsa –con un contenido desconocido- que requiere la banda de
Hetfield. Si bien es cierto una pequeña historia dentro de los 16 temas que
ejecuta la banda traza el hilo conductor del concierto. Esta historia ofrece
diferentes lecturas. Lo que es irreductible son los potentes temas a los que ya
nos tenía bien acostumbrados Metallica.
El final es bastante interesante –más no lo
revelaré-, donde la muerte, tema universal literario y cinematográfico, adquiere
un gran significado en el film y una dimensión emotiva para el universo de Metallica,
cuando la banda, en un encuentro privado, sin público, únicamente con Trip como
audiencia, interpreta Orion.
Un concierto único como este en 3D es brutal.
Fantástico. Nunca se les tendrá a los Metallica tan cerca –y a la vez tan
lejos, obvio-. Este formato del cine permite ver las arrugas de Ulrich, el
tatuaje de un cráneo con alas en el cuello de Hetfield, el
cabello mojado de Trujillo agitándose en cada riff y los detalles de la
guitarra de Hammett. Incluso podrás sentir los imponentes 1.85 de estatura del
vocalista de la banda. Impresionante.
Los temas que ejecuta la banda son a los que, de
alguna manera, ya nos tenía acostumbrados, lo que no es tan malo, pues
Metallica siempre nos ha tenido preparados para un viaje musical por sus
distintas épocas y con pocas sorpresas. Y sí, nos ha gustado.
Los temas que toca la banda en Metallica, Through the never son:
The Ecstasy of Gold
Creeping Death
For Whom The Bell Tolls
Fuel
Ride The Lightning
One
The Memory Remains
Wherever I May Roam
Cyanide
...And Justice For All
Master of Puppets
Battery
Nothing Else Matters
Enter Sandman
Hit The Lights
Orion
Después de una experiencia de este tipo, tan
cercana y lejana a la vez, claro, por el cine 3D, a uno no le queda más que
desempolvar los discos de Metallica, alzar el volumen al máximo, cerrar los
ojos y volver a ver a los cuatro “metallicos” nuevamente a pocos metros de
nuestras sillas.

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