jueves, 7 de noviembre de 2013

¿Qué culpa tiene el tomate?

Por: Ana Isabel Díaz P.

“Si vamos abordar el porvenir hemos de hacerlo con firmeza”

Esta es la canción de Quilapayún que en el último mes se tornó tan polémica en el Ecuador. 


La pelotera surgió cuando Gabriela Rivadeneira, mujer ecuatoriana y Presidenta de la Asamblea Nacional, cerró un discurso en contra de las multinacionales que explotaron petróleo en el Ecuador desde 1972 diciendo “Ya es hora de que los pobres coman pan y los ricos mierda mierda”.

Aquí el discurso completo:



De inmediato, cual efecto pólvora, la noticia explotó en las redes sociales y en la mayoría de medios nacionales e incluso internacionales.

“Sorpresa y rechazó provocó en la Asamblea Nacional y en la red social Twitter parte del discurso de la presidenta del legislativo”, aseguró Alfredo Cárdenas, editorialista de El Universo.

Martín Pallares de El Comercio calificó de “chiquillada de muy mal gusto”, a la frase de Gabriela.

Lourdes Tibán, de Pachakutik, y Mae Montaño, de Creo, calificaron de grosera esa referencia y aseguraron que lo único que busca es generar odio entre los ecuatorianos.

Como estas asambleístas, decenas de tuiteros reaccionaron criticando a la presidenta de la Legislatura.

Mientras que Rivadeneira también usó su cuenta de Twitter @gabrielaespais para "compartir reflexiones", que sustentaron su intervención en el pleno, con frases textuales de su discurso.

"Fue en el contexto de las transnacionales y su saqueo histórico en nuestros países", escribió, pues mencionó la frase en la Sesión 256 del Pleno de la Asamblea Nacional, donde se aprobó la solicitud del Ejecutivo de emitir como Declaratoria de Interés Nacional la Explotación Petrolera de los Bloques 31 y 43 del Parque Nacional Yasuní.

Con  la frase “…hay que virar la tortilla, que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda” Gabriela dijo: “No más al saqueo y al uso desmedido de nuestros recursos naturales”.

“No más al mundo capitalista que sigue en crisis y donde la brecha entre ricos y pobres se sigue acentuando”, precisó.

Además, arengó a revertir la herencia caótica producto de la negligencia de gobiernos anteriores que dejaron no solo contaminación, sino desesperanza y pobreza en la Amazonía.

“…el antagonismo no está en el aprovechamiento de los recursos y la revolución, sino entre un proyecto que garantiza la reproducción del capital en manos de unos pocos mediante la devastación de la vida del planeta y un proyecto histórico revolucionario socialista que a través de las relaciones de transformación mutua del hombre con la naturaleza garantiza la redistribución de la ganancia para la mayoría de la sociedad esa es la verdadera batalla, el verdadero antagonismo que aquellos sectores oligárquicos quieren pasar por alto. Compañeros en nuestra historias pocos han tenido mucho y somos muchos los que no hemos tenido nada hay que virar la tortilla, que los pobres coman pan y los ricos mierda mierda…”

Los grupos curuchupas y conservadores de siempre, precisamente los que trabajan día a día para que la tortilla no se vuelva, saltaron de los palcos en los que permanecen y condenaron la forma inadecuada en la que se expresó la legisladora.

La frase hay que oírla y reflexionarla en todo la configuración histórica del Ecuador, un país saqueado desde los 70 por las multinacionales petroleras.

Pero  de dónde parte la frase, bueno todos los entendidos y los que no, sabrán que proviene de una de las consignas cantadas en la Guerra Civil Española, por el Bando Republicano que defendía al proletariado.

Esta frase fue posteriormente adaptada por las plumas insurgentes de los representantes de la Nueva Canción Chilena, Quilapayún, que entre sus ponchos negros y sus 40 años de historia musical jugaron un papel decisivo en el gobierno del luchador social, preocupado por las condiciones de vida de su pueblo, por la cultura y la educación, por la felicidad de los niños, Allende, Presidente consecuente con su pueblo que aquel doloroso 11 de septiembre de 1973 fue asesinado en La Moneda.

Lejos de provocar revanchismo social, el extracto de la canción de Quilapayún, que mencionó Gabriela, da cuenta de la historia de nuestros países latinoamericanos cuya constante histórica ha sido la desigualdad social. ¡No es odio, es reivindicación!

Y no es malo para los niños, oír estas frases como aseguraba una compañera periodista, no. Es bueno para un niño crecer sabiendo que hay que combatir la desigualdad, y que hay más porque luchar que ser rico, “exitoso” y feliz consumidor.

¡Como mujer, joven y ecuatoriana me siento orgullosa de las palabras de la compañera! 

¡Así se habla, de frente, fuerte y claro! 

¡Con pasión por la patria!

¿Qué culpa tiene el tomate?...

Debemos agradecer a Gabriela Rivadeneira por recordarnos que en este cambio de época, con firmeza seguiremos apostando a ¡QUE LA TORTILLA SE VUELVA!

“Cuando quiera el Dios del cielo que la tortilla se vuelva
que la tortilla se vuelva que los pobres coman pan y los ricos mierda mierda".

Así son los grupos de poder de este país, que se escandalizan porque uno dice que los ricos coman mierda en televisión, pero no se escandaliza cuando hay niños limpiando vidrios y pidiendo limosna en las calles, eso si no… eso es folklore.

No hay comentarios:

Publicar un comentario