Por: Ana Isabel Díaz P.
“Si vamos abordar el porvenir hemos de hacerlo con firmeza”
Esta
es la canción de Quilapayún que en el último mes se tornó tan polémica en el
Ecuador.
La pelotera surgió cuando Gabriela Rivadeneira, mujer
ecuatoriana y Presidenta de la Asamblea Nacional, cerró un discurso en contra
de las multinacionales que explotaron petróleo en el Ecuador desde 1972
diciendo “Ya es hora de que los pobres coman pan y los ricos mierda mierda”.
Aquí
el discurso completo:
De inmediato, cual efecto pólvora, la noticia explotó en las
redes sociales y en la mayoría de medios nacionales e incluso internacionales.
“Sorpresa y rechazó provocó en la Asamblea Nacional y en la
red social Twitter parte del discurso de la presidenta del legislativo”,
aseguró Alfredo Cárdenas, editorialista de El Universo.
Martín Pallares de El Comercio calificó de “chiquillada de
muy mal gusto”, a la frase de Gabriela.
Lourdes Tibán, de Pachakutik, y Mae Montaño, de Creo,
calificaron de grosera esa referencia y aseguraron que lo único que busca es
generar odio entre los ecuatorianos.
Como estas asambleístas, decenas de tuiteros reaccionaron
criticando a la presidenta de la Legislatura.
Mientras que Rivadeneira también usó su cuenta de Twitter
@gabrielaespais para "compartir reflexiones", que sustentaron su
intervención en el pleno, con frases textuales de su discurso.
"Fue en el contexto de las transnacionales y su saqueo
histórico en nuestros países", escribió, pues mencionó la frase en la
Sesión 256 del Pleno de la Asamblea Nacional, donde se aprobó la solicitud del
Ejecutivo de emitir como Declaratoria de Interés Nacional la Explotación
Petrolera de los Bloques 31 y 43 del Parque Nacional Yasuní.
Con la frase “…hay
que virar la tortilla, que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda”
Gabriela dijo: “No más al saqueo y al
uso desmedido de nuestros recursos naturales”.
“No más al mundo capitalista que sigue en crisis y donde la
brecha entre ricos y pobres se sigue acentuando”, precisó.
Además, arengó a revertir la herencia caótica producto de la
negligencia de gobiernos anteriores que dejaron no solo contaminación, sino
desesperanza y pobreza en la Amazonía.
“…el antagonismo no está en el aprovechamiento de los
recursos y la revolución, sino entre un proyecto que garantiza la reproducción
del capital en manos de unos pocos mediante la devastación de la vida del
planeta y un proyecto histórico
revolucionario socialista que a través de las relaciones de transformación
mutua del hombre con la naturaleza garantiza la redistribución de la ganancia
para la mayoría de la sociedad esa es la verdadera batalla, el verdadero
antagonismo que aquellos sectores oligárquicos quieren pasar por alto.
Compañeros en nuestra historias pocos han tenido mucho y somos muchos los que
no hemos tenido nada hay que virar la tortilla, que los pobres coman pan y los
ricos mierda mierda…”
Los grupos curuchupas y conservadores de siempre, precisamente
los que trabajan día a día para que la tortilla no se vuelva, saltaron de los
palcos en los que permanecen y condenaron la forma inadecuada en la que se
expresó la legisladora.
La frase hay que oírla y reflexionarla en todo la
configuración histórica del Ecuador, un país saqueado desde los 70 por las
multinacionales petroleras.
Pero de dónde parte
la frase, bueno todos los entendidos y los que no, sabrán que proviene de una
de las consignas cantadas en la Guerra Civil Española, por el Bando Republicano
que defendía al proletariado.
Esta frase fue posteriormente adaptada por las plumas
insurgentes de los representantes de la
Nueva Canción Chilena, Quilapayún, que entre sus ponchos negros y sus 40 años
de historia musical jugaron un papel decisivo en el gobierno del luchador
social, preocupado por las condiciones de vida de su pueblo, por la cultura y
la educación, por la felicidad de los niños, Allende, Presidente consecuente
con su pueblo que aquel doloroso 11 de septiembre de 1973 fue asesinado en La Moneda.
Lejos de provocar revanchismo social, el extracto de la
canción de Quilapayún, que mencionó Gabriela, da cuenta de la historia de
nuestros países latinoamericanos cuya constante histórica ha sido la desigualdad social. ¡No es odio, es reivindicación!
Y no es malo para los niños, oír estas frases como aseguraba
una compañera periodista, no. Es bueno para un niño crecer sabiendo que hay
que combatir la desigualdad, y que hay
más porque luchar que ser rico, “exitoso” y feliz consumidor.
¡Como mujer, joven y ecuatoriana me siento orgullosa de las
palabras de la compañera!
¡Así se habla, de frente, fuerte y claro!
¡Con pasión
por la patria!
¿Qué culpa tiene el tomate?...
Debemos agradecer a Gabriela Rivadeneira por
recordarnos que en este cambio de época, con firmeza seguiremos apostando a ¡QUE
LA TORTILLA SE VUELVA!
“Cuando quiera el Dios del cielo que la tortilla se vuelva
que la tortilla se vuelva que los pobres coman pan y los
ricos mierda mierda".
Así son los grupos de poder de este país, que se
escandalizan porque uno dice que los ricos coman mierda en televisión, pero no
se escandaliza cuando hay niños limpiando vidrios y pidiendo limosna en las
calles, eso si no… eso es folklore.
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